El colegio cuenta en esos momentos con 50 alumnos con severas limitaciones físicas que están recibiendo una educación lo más normalizada posible.

Los padres afirman que el centro está totalmente adaptado a las necesidades de los alumnos y cuenta con una plantilla de profesionales especializados en el tratamiento de este tipo de alumnos.

A juicio de los padres, la alternativa propuesta por el MEC supone ingresar a sus hijos en "macrocentros" donde los profesionales tendrían que atender a niños con todo tipo de enfermedaes psíquicas, lo que provocaría una merma en la calidad pedagógica de su enseñanza.

Los padres, para quienes la única razón que ha llevado al MEC a cerrar el centro es la económica, aseguran que la propuesta del ministerio no conlleva una atención mejor de la que reciben sus hijos en el colegio "Infanta Isabel".

Asimismo, consideran que al integrar niños con severos problemas físicos en centros dedicados a la atención de menores con problemas psísquicos, con buena movilidad pero que difícilmente ueden controlar sus actos, se pone en riesgo al seguridad de sus hijos, que no pueden desplazarse bien.

A su juicio, la atención escolar debe estar marcada en función de los problemas físicos y psíquicos de los alumnos y no en virtud de baremos económicos.