La mayoría de la población ignora los dogmas católicos -----------------------------------------------------
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Los españoles han liberalizado sus costumbres en cuanto a relaciones de pareja, pero no en la medida en que lo han hecho el resto de los europeos, según los datos recogidos para el volumen sobre la "España 2000", que está preparando el Pabellón de España en la Expo-92.
El informe que elabora actualmente el pabellón español instalado cn motivo de la Exposición Universal de Sevilla trata de ser una "fotografía" estadística de la España democrática de los 90.
Aunque la tasa bruta de nupcialidades (matrimonios por mil habitantes) ha perdido posiciones, el matrimonio mantiene su vigencia en España y, de hecho, el 95 por ciento de los hijos nacen dentro de éste.
No obstante, las parejas españolas cada vez son más jóvenes y tienen menos descendencia: el 63 por ciento prefiere la ceremonia religiosa, el 15 por ciento se conforma con a civil y el 13 por ciento restante opta por una relación "sin papeles".
Además, crece el individualismo como forma de vida, ya que mientras en 1981 la familia "extensa" tradicional representaba el 14 por ciento de todas las existentes en España, en 1990 las familias "extensas" eran sólo el 11 por ciento del total.
Por contra, los hogares constituidos por una o dos personas crecieron en el mismo período del 17 al 20 por ciento del total, y los habitados por un solo individuo eran en 1990 el 11 po ciento.
Pese a estas cifras, sigue existiendo una brecha con respecto a Europa en cuanto a la "liberalización" de costumbres. Así, según un sondeo de Eurostat, se constata que el porcentaje de hijos extramatrimoniales en otros países de la Comunidad pasó del 4,5 por ciento en 1960 (en España es hoy del 5 por ciento) al 17,1 por ciento en 1988.
Otra distancia es la que sufren las españolas con respecto a las europeas en el mundo laboral. Sólo el 33 por ciento de las mujeres de este país trabajanel crecimiento de este baremo es "rezagado" respecto al que se registra en otras potencias industrializadas, dice el estudio.
La cualificación de sus empleos es muy desigual, pasando de los puestos más bajos en hostelería a posiciones de máxima cualificación, por ejemplo, en el ejercicio de la medicina.
Llegados a este punto, la educación desempeña un factor determinante en la igualdad hombre-mujer: el 80 por ciento de las universitarias desarrolla posteriormente una actividad; el índice baja al27 por ciento entre las que sólo cuentan con estudios primarios y apenas llega al 13 por ciento entre las que no tienen estudios.
Todas ellas, sin distinción, pueden sufrir discriminación salarial o agresiones sexuales; conclusiones que se deducen del hecho de que, en igualdad de puesto, la diferencia de sueldo puede llegar a ser hasta un 10 por ciento superior a favor del varón, y de los 6.000 delitos de agresión sexual en el trabajo que se registran cada año en España.
LA SIESTA, EN DESUSO
Laimagen de la España real, según el informe que prepara el Pabellón de España, ha mantenido un pulso histórico entre la vida cotidiana interna y la semblanza extendida en el exterior, "de forma que se han vendido los más dispares retratos de una familia que, por fin, ha logrado sacudirse más de un estereotipo".
Como ocurre en otros países industrializados, el ritmo de vida de la sociedad española viene marcado por el trabajo. Las labores del campo, que ocupan a un 10 por ciento de los trabajadores, sonminoritarias en la década de los 90. La mayoría de los asalariados viven de los servicios y la industria, por este orden, trabajan cuarenta horas semanales (ocho diarias) y descansan sábados y domingos.
En las grandes ciudades mucha gente recorre una larga distancia entre su domicilio particular y el lugar de trabajo. "Frente a esta creciente aceleración del ritmo de vida, la tradicional costumbre de la siesta va cayendo en progresivo desuso, aunque los pueblos, e incluso las ciudades pequeñas, siguenquedando desiertos a mediodía durante el verano".
GASTAMOS PORQUE NO PAGAMOS IMPUESTOS
En general, continúa el informe, el equipamiento de los hogares se encuentra más homologado a la media europea que la renta "per capita" del español con otros ciudadanos europeos. Este dato se explica, en parte, por la menor proporción de la renta destinada a pagar impuestos, dinero que va a parar al consumo familiar.
Hace tres años, el 77 por ciento de las familias que vivían en ciudades de más de 50.000 habtantes eran propietarias de sus viviendas, frente al 40 por ciento de propietarios que había en 1968.
Los españoles solemos ahorrar un 8 por ciento del sueldo mensual, que se destina, junto con el crédito bancario o la ayuda estatal, a la compra de la vivienda.
Del resto, de lo que se gasta, un 27 por ciento se invierte en comida, siendo las clases más bajas las que más invierten en este capítulo. No obstante, una muestra de la elevación del poder adquisitivo en todas las capas de población es elhecho de que en 1985 se dedicaba el 31 por ciento del sueldo a comida.
En el apartado de bebida, los españoles quedamos por detrás de alemanes y franceses, ya que sólo el 10 por ciento del gasto mensual se invierte en alcoholes. La cerveza se impone al vino (4 por ciento de los gastos, frente al 3,7) y 3 de cada 100 españoles beben 0,1 litros de alcohol puro al día.
CATOLICOS, PERO MENOS
En el capítulo religioso, la "fotografía" sociológica comienza reconociendo que el 99,7 por ciento de los esañoles son católicos, si por tal se entiende a los individuos bautizados.
"Puede decirse que la iglesia ha ido perdiendo, de manera paralela, parte de su influencia social aun siendo considerable. En todos los casos, los jóvenes son menos religiosos que los mayores", continúa el texto.
Los españoles celebran católicamente los ritos de nacimiento, matrimonio y muerte, además de la primera comunión. Existe, pues, concluye el informe, una religiosidad externa diferenciada de otra interna, de carácte minoritario: "La inmensa mayoría de la población ignora los dogmas teológicos básicos y las prácticas religiosas obligatorias".
SOCIEDAD HOMOGENEA
Según el informe, la sociedad española es étnicamente homogénea, reforzada a través de los siglos por el Estado nacional. La única minoría claramente diferenciada es la de los gitanos, que mantiene una relación de desconfianza con los "payos" salpicada a veces por gestos de hostilidad que originan dramas racistas.
Sin embargo, en los últimos años pases como España o Italia, que no han podido evitar la emigración de sus pobladores durante siglos, contemplan ahora cómo sus calles comienzan a llenarse de inmigrantes del norte de Africa o de países subsaharianos, aunque todavía no en la medida de otros países del norte de Europa.
El 80 por ciento de los españoles, como ha dado a conocer un reciente estudio promovido por la Comisión Europea, creen que los derechos de los emigrantes deben respetarse siempre, un estado de opinión que los sociólogos relcionan con la todavía escasa afluencia de emigrantes de otros países a España.
En este país, los emigrantes representan el 2 por ciento del total de la población, mientras que en Francia o Alemania los inmigrantes constituyen el 2,5 por ciento o más de la población.
(SERVIMEDIA)
02 Ene 1992
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