Un tercio del mercado de exportación de cigarrillos termina en el mercado negro, a precios considerablemente más baratos que los oficiales. Esto aumenta la demanda, especialmente de marcas internacionales como Marlboro, Winston y Camel, según Luk Joosens, consultor de la Unión Internacional Contra el Cáncer, responsale del estudio.

El aumento de la demanda -estimulada por el mercado negro- provoca mayores problemas de salud, que conllevan altos costes a la seguridad social. Al mismo tiempo, las arcas del Estado ingresan menos porque el mercado negro, obviamente, no paga impuestos.

El contrabando de cigarrillos provoca unas pérdidas de 900 billones de pesetas anuales por evasión de impuestos, además de amenazar gravemente la salud pública, asegura el artículo.

España, Austria, Italia y Alemania se sitúana la cabeza de los países donde se venden cigarrillos de contrabando en la UE, con un porcentaje del 10 al 15% del mercado total. En Bulgaria, uno de los paises más pobres de Europa, el contrabando cubre el 38% del mercado de cigarrillos, vendidos a un tercio del precio oficial.

La industria tabaquera mantiene que el contrabando se debe a las diferencias de precios entre los países europeos y anima a las autoridades a reducir los impuestos. Sin embargo, los responsables del estudio afirman que este plnteamiento es falso y que la realidad demuestra que los países con altos niveles impositivos al tabaco, como los escandinavos, tienen bajos niveles de contrabando.

Las multinacionales creen que su responsabilidad termina en el momento en que venden los cigarrillos a los intermediarios, pero algunos casos convierten a los propios fabricantes en sospechosos, según Luk Joosens.

En su opinión, para combatir el contrabando la industria del tabaco debería responsabilizarse del destino final de sus prodctos. El transporte de mercancía sólo debería estar autorizado si se conoce el destino específico y cuenta con las autorizaciones del país.