El segundo temor expresado por los ciudadanos españoles es que la construcción europea suponga un incremento en el tráfico de drogas y el crimen internacional organizado, temor que suscriben un 59 por ciento de los encuestados.

Sin embargo, sólo un 22 por ciento creen que la potenciación deEuropa vaya a ahogar la identidad nacional de España, frente a un 72 por cien que sostienen lo contrario. En este mismo sentido, únicamente un 28 por cien apuntan la posibilidad de que la lengua española se hable cada vez menos.

Otra cuestión que tampoco quita el sueño a los españoles es el riesgo de que la expansión de la Unión Europea hacia los países del este cueste mucho dinero a las arcas comunitarias, algo que sólo piensan un 24 por cien de los encuestados.

Por contra, un temor también mayoitario es el de que la construcción europea acarree la pérdida de beneficios sociales adquiridos al amparo de los estados nacionales, inquietud que manifiestan el 50 por cien.

En conjunto, los temores de los españoles no difieren cualitativamente de los del promedio de los europeos, que también sitúan el riesgo de elevación de los impuestos como su principal temor y el incremento del tráfico de drogas y del crimen organizado en segundo lugar.