Esta prisión es la tercera que se ha construido en la Comunidad de Castilla y León, siguiendo con el modelo de "centro-tipo". Está concebida como una pequeña ciudad autosuficiente en la que se distinguen las zonas residenciales de los equipamientos comunes.

La apertura de este centro permitirá el cierre de la antigua prisión provincial de Leó. Además, en León se va a construir próximamente un centro de inserción social destinado a internos de tercer grado y a condenados a penas de arresto de fin de semana, y una unidad de acceso restringido para reclusos en un hospital público.