Estas son las principales conclusiones de un estudio, recogido por Servimedia, sobre los dos cabezas de lista, elaborado por las empresas de imagen Túatú y Mandhala, en el que se analiza su estilo, vestuario, rostro y lenguaje no verbal.

Mayor Oreja tiene un estilo "totalmente clásico y sobrio", aunque resulta tan tradicional que "parece que siempre va vestido de la misma manera". Esto le beneficia a la hora de transmitir "sobriedad, clasicismo y elegancia" pero tiene el inconveniente de "generar una imagen muy poco cercana que incluso le puede distanciar de una parte de sus votantes".

El cabeza de lista del PP podría cambiar estos defectos si en los mítines se quitara la corbata, si introdujese en su ropa colores menos fríos y si armonizara las tonalidades de su cabello y barba con canas.

Mayor Oreja tiene una "imagen bastante reiterativa" que solucionaría con "un vestuario más informal" e incluso "de sport" en sus apariciones de campaña. Sin duda, así transmitiría "una imagen algo más jovial".

En cuanto al lenguaje no verbal, el estudio ensalza el ritmo de voz que siempre le hace parecer "calmado" y que acentúa su "amabilidad" a la vez que transmite las ideas "de manera firma y segura" gracias a su "velocidad perfecta" en el habla.

El punto débil de Mayor Oreja es el tono sin modulaciones y el escaso empleo de las manos, ya que ambas cosas unidas pueden "hacer decaer la atención del discurso" hasta el punto de parecer una persona "poco energética".

LÓPEZ AGUILAR: COSMOPOLITA PERO IMPETUOSO

Por su parte, el candidato del PSOE Juan Fernando López Aguilar ofrece un aspecto "más actual y cosmopolita" gracias a su "buen fondo de armario" y las prendas "muy combinables" que utiliza en sus apariciones públicas.

Tiene la virtud de que "rara vez se pone traje oscuro y camisa clara", lo cual le distancia del código "autoritario" en el que se mueve el candidato del Partido Popular. Acierta al prescindir de la corbata "en casi todos los mítines" pero arriesga demasiado cuando combina determinados colores o incluso cuando se sube las mangas de la camisa.

Inventar "códigos de vestuario no habituales en políticos puede ser un arma de doble filo, puesto que le permite dar un toque actual a su imagen, pero le puede restar seriedad y credibilidad en alguna ocasión".

López Aguilar utiliza un buen peinado gracias a la "raya hacia un lado y el corte de pelo con mayor volumen en las sienes", ya que de ese modo atenua su "rostro alargado". sin embargo, sería mejor "si dejase caer algo más su cabello en la frente para acortar el rostro y equilibrarlo".

En el lenguaje no verbal, destaca su "simpatía, adecuado volumen, modulaciones, voz firme y segura y discurso fluido, aunque el gesto a veces no le acompañe". En cambio, mueve las manos "más de lo normal y hace gestos que pueden denotar cierto nerviosismo y restarle credibilidad".

Por eso, el cabeza de lista del PSOE puede resultar "demasiado impetuoso y energético" en sus declaraciones públicas, lo que unido a su vestuario excesivamente innovador "pueden jugar en su contra".