Aguirre y Fernández se acusaron de dañar el prestigio de este centro clínico. La diputada socialista culpó al Gobierno regional de no haber tenido en cuenta "que no hay ninguna relación entre muertos y sedaciones, como dejan claros los informes, y que no hay ningún médico imputado" y acusó a Aguirre de ser la "responsable del deterioro" del sistema sanitario, por su "neoconservadurismo, su obsesión por las privatizaciones y su abandono de la gestión eficaz y rigurosa en la sanidad pública".

"Cuando ve 6.000 millones de euros en el presupuesto de la Consejería de Sanidad, ve la oportunidad de negocio, en lugar de la responsabilidad para resolver los problemas de la ciudadanía", señaló Matilde Fernández refiriéndose a Aguirre.

Por último, tras echar en cara a la mandataria madrileña que no haya creado todavía la Comisión Regional de Paliativos, ni las unidades de paliativos previstas, le reprochó que se haya "dedicado a desestabilizar al Colegio de Médicos, al Consejo Deontológico y al Severo Ochoa".

Ajuicio, "si ha habido algún deterioro en el prestigio de la Sanidad, se debe sin duda a la actuación del Partido Socialista", al que acusó de haber creado "alarma" y de poner sus "intereses políticos particulares por delante del prestigio de la Sanidad pública".

"Desde el primer instante en que llegó a sus manos la denuncia de malas prácticas en el servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa, en lugar de colaborar lealmente, pensaron en la oportunidad que se les presentaba para poner en aprietos a este Gobierno", dijo Aguirre, quien señaló que el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, ha actuado con "valentía", "lealtad" y "sentido de la responsabilidad" en el caso de las sedaciones del servicio de Urgencias del Severo Ochoa y en que el PSOE ha cometido un "gran error".