Este personaje castizo, nacido en Madrid hace 56 años, es carnicero de profesión y un temible jugador de mus. Quizás ese dominio de la suerte del órdago le haya ayudado a no temblar en los constantes pulsos que ha mantenido con el alcalde y sus compañeros de partido en el Ayuntamiento.

Matanzo, que siempre se enorgullce de la amistad que mantiene con Manuel Fraga, comenzó su actividad política en 1978, cuando se afilió a Alianza Popular.

Fue elegido concejal por vez primera en las elecciones de 1983 y seis años después accedió al despacho de la Junta Municipal de Centro.

Para presentarse en sociedad emprendió una original cruzada contra los artesanos del mercadillo de la plaza de Santa Ana, recinto que, en su opinión, servía para amparar actividades como el tráfico de drogas. Este hecho provocó una serie de volentos incidentes entre la Policía Municipal y los artesanos.

Otros objetivos escogidos por el concejal fueron los bares que carecían de licencia y que tenían actuaciones en directo, como el caso de la sala "Elígeme", en la calle San Vicente Ferrer, así como algunos "sex-shops" y pensiones de la zona centro de la capital. Los "okupas" y los colectivos gays tampoco han contado con el beneplácito del polémico edil.

INCAUTACION DE BOCADILLOS

Por aquel entonces los vecinos se acostumbraron a las itervenciones nocturnas del concejal, que, acompañado de agentes municipales, recorría locales y establecimientos de todo tipo. A veces, dichas actuaciones concluían con el triste balance de varias decenas de bocadillos incautados a los vendedores ambulantes.

También son muy conocidas sus disputas con los concejales de Seguridad y Policía Municipal, Fernando Bocanegra y Carlos López Collado, a quienes Matanzo recriminaba por reducirle el número de efectivos policiales con los que podía contar en su disrito.

Otro episodio famoso de su trayectoria política fue el caso del centro de prostitutas de la plaza del Angel. En su día, Matanzo ordenó que se rociara de zotal y azufre el césped de la plaza de Benavente -cercana al centro-, para evitar la presencia de "camellos", inmigrantes y prostitutas.

Sin embargo, Matanzo tiene estrella, no sólo porque en 1991 le tocó un buen pellizco del sorteo extraordinario de Navidad, sino porque es una persona muy querida por los comerciantes y las asociaciones devecinos de la zona centro, que siempre han tenido abiertas las puertas de su despacho.

El cierre del teatro Alfil ha sido la última batalla en la que ha participado el concejal, y en la que ha salido derrotado, ya que esta polémica ha dado lugar a su destitución como presidente del distrito Centro.

Matanzo, que tantos quebraderos de cabeza ha dado a los periodistas, se despidió hoy de ellos con lágrimas en los ojos y con un sentimiento de tristeza y amargura. En esta ocasión, el "sheriff" perdió l duelo.