El movimiento de mandíbulas que se requiere para masticar chicle incrementa en un 20% las calorías consumidas por el metabolismo humano, de acuerdo con las conclusiones de los médicos de la Clínica Mayo, en Minnesota (Estados Unidos).

De media, los participantes en el estudio quemaban 11 calorías más a la hora si masticaban chicle que los que estaban simplemente sentados e inmóviles.

Extrapolando os resultados preliminares, estos expertos anticipan que, si una persona masca chicle durante las primeras horas de la jornada sin variar su consumo energético habitual, puede perder un total de 5 kilos al año.

"Masticar un tipo de chicle sin azúcar es algo que se puede hacer durante gran parte del día y tiene un efecto potencial sobre el equilibrio de energía del cuerpo", asegura uno de los autores del estudio, el profesor James Levine.