En general, el 52% de los medicamentos apobados en EEUU tiene efectos secundarios graves que no son detectados durante las pruebas. Así lo afirman expertos americanos como el doctor Furberg, de la Universidad de Wake Forest, y el doctor Patsy, de la Universidad de Washington.

En su comentario, denuncian que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) norteamericana se está centrando en la aprobación de fármacos y no en el control de los que ya están en el mercado farmaceútico. "El hecho de recoger informes sobre los efectos secundaris de ciertos medicamentos no es suficiente para proteger al público", dicen los autores del artículo.

Calculan que, cada año, las recetas médicas dañan a casi 1,5 millones de americanos, que incluso llegan a ser hospitalizados por esta causa. "Una de las tareas principales de las autoridades nacionales debería ser desarrollar unas evaluaciones fiables sobre las muertes y diversas lesiones de las prescripciones, y, en segundo lugar, poner en marcha procedimientos para reducir estos efectos secundarios" escriben estos expertos americanos.

Por su parte, la FDA estima que sólo se registra un 1% de todos los casos en los que se producen estos efectos adversos. La causa, posiblemente, es que los médicos participan muy poco a la hora de informar de esta circunstancia.