El estudio abarca empresas del País Vasco, Navarra, Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía, Castila y León, Murcia, Baleares y La Rioja, que ofrecen la posibilidad de practicar en todo el país submarinismo, parapente, ala delta, caída libre, escalada, descenso de barrancos, piragüismo, "rafting" (descenso de rápidos en balsa neumática), "hidrospeed" (descensos con un trineo acuático de plástico), "flysurf" (paracaidismo con tabla) y "puenting".

Estas compañías organizan y realizan directamente estos deportes, es decir, no trabajan como intermediarios. La valoración media de las mismas es de un smple aprobado, tanto en lo que se refiere a las medidas de seguridad empleadas como a la calidad de las prestaciones y servicios que dicen ofrecer al cliente.

Más de la mitad reconocen no ofrecer relación contractual alguna a sus clientes, requisito que algunas comunidades autónomas están comenzando a exigir. Hasta ahora, sólo Cataluña, Galicia y Cantabria cuentan con normas. En Galicia, su aplicación supuso la casi desaparición de las empresas dedicadas al turismo de aventura, mientras que Cantabri sólo exige a las sociedades que se inscriban en un registro.

La firma de un contrato cambiará la situación actual del deporte-aventura, ya que muy frecuentemente el primer contacto entre usuario y empresa se establece minutos antes de iniciar la actividad y el único documento que existe es la factura.

ARAGON

En Aragón, el Gobierno regional y la Asociación de Empresas de Turismo Deportivo de Aragón, formada por 22 compañías, habían llegado a un acuerdo sobre el decreto que regulará estas acividades, pero el borrador ha sufrido un parón al añadirse nuevas normas sobre seguridad y medio ambiente.

Dentro de lo ya consensuado en Aragón, el futuro decreto excluye las actividades organizadas por asociaciones y federaciones deportivas, obligará a las empresas a inscribirse en un registro y a ofrecer a los usuarios un contrato y una información completa y veraz. Deberán, además, suscribir un seguro de responsabilidad civil de 100 millones de pesetas y emplear sólo a titulados oficiales.

Consideradas una a una, en seguridad y calidad del servicio suspende una de cada cuatro compañías (26 por ciento) y un 30% se queda en un mediocre aprobado. Como buenas se pueden calificar a otro 30%, mientras que sólo un 12% de las empresas alcanza el notable.

Por otro lado, sólo la mitad de las empresas organiza actividades para minusválidos y sólo el 62% cuenta con una base o instalación acondicionada para la actividad deportiva. El 44% de estas bases no tiene instalación alguna adaptada a dismiuidos físicos y el 17% de ellas carece de cualquier otro servicio adicional para el cliente, como cafetería o teléfono público.

En cuanto a los precios, resulta difícil de entender, según "Consumer", la espectacular variación de tarifas que rige incluso en una misma disciplina deportiva: un día de escalada puede costar, por persona, desde 2.100 hasta 8.000 pesetas; una jornada de parapente, desde 5.000 hasta 11.000 pesetas, y una de ala delta, desde 9.000 hasta 15.000 pesetas.

No obstante, elprecio no es el único factor a tener en cuenta, ya que hay otros elementos esenciales, como la calidad de la propuesta deportiva, la cualificación de los monitores y el trato que dispensan, los seguros con que cuentan las empresas o los cursos que ofrecen.