El arzobispo auxiliar, que ofició la misa en ausencia de Ricard María Carles, definió a Coromines en la homilía como "un gran patriota", "un filólogo de primera magnitud, un científico de prestigio internacional" y"un trabajador incansable con amor a su país y a su tierra".

Entre los presentes a las honras fúnebres se encontraban el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el presidente del Parlamento de Cataluña, Joan Reventós; el alcalde de Barcelona, Pascual Maragallal; los consejeros de Presidencia y de Cultura de la Generalitat, Xabier Trias y Joan María Pujals, respectivamente, y numerosos políticos e intelectuales de ámbitos diversos.

Joan Coromines, que residía en Pineda de Mar (Barcelona) desde acía 30 años, después de trabajar como profesor en varias universidades de Estados Unidos, entró en coma irreversible hace dos semanas tras sufrir dos infartos y un edema pulmonar.

Su obra más importante es el "Onomasticón Cataloniae", que recoge varios miles de nombres propios y topónimos de las zonas de habla catalana, aunque también está considerado un gran estudioso de la lengua castellana.