Así figura en el Estudio Machel, dado a conocer hoy por elrepresentante especial del secretario general de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados, Radhika Coomaraswamy, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Este estudio pasa revista a los avances logrados desde 1996, cuando se dio a conocer un histórico estudio preparado por la política mozambiqueña Gra‡a Machel sobre los niños y los conflictos armados.

Coomaraswamy y Unicef afirman que el impacto de la guerra sobre los niños y los jóvenes "es más brutal que nunca" porque "se ven afectados por la proliferación de armas pequeñas y los grupos armados, las minas terrestres y las municiones sin detonar, así como la lucha contra el terrorismo".

En este sentido, añaden que hay niños que "son reclutados como combatientes" y que los menores "también se enfrentan a la violencia sexual, incluida la violación, que se ha utilizado como arma de guerra".

La directora ejecutiva de Unicef, Ann M. Veneman, destacó que "se ha avanzado en la mejora de la protección jurídica internacional de los niños en los conflictos armados".

"Sin embargo, queda mucho por hacer para aplicar las normas internacionales y para garantizar el cumplimiento y poner fin a las graves violaciones contra los niños en tiempos de guerra", añadió Coomaraswamy.

El informe invita a los gobiernos, organismos de la ONU y la sociedad a intensificar los esfuerzos para proteger a los niños afectados por los conflictos, ya que la guerra viola sus derechos: a la vida, a la unidad familiar, a la salud y la educación, a la protección contra la violencia y el abuso, y a recibir asistencia humanitaria.