Los excluidos son demandantes de trabajo que la Administración no considera que deben contabilizarse como parados, en aplicación de los criterios aprobados con este fin en 1985, cuando era ministro de Trabajo Joaquín Almunia.

La exclusión afecta a los trabajadores inmersos en expedientes de regulación de empleo, jubilados, estudiantes, trabajadores empleados en ocupaciones con horarios inferiores a las 20 horas semanales y pluriempleados, entre otros colectivos.

Su número superó por primera vez los millones en junio de 1991 y se situó en 2.013.000 en agosto de ese mismo año (última fecha para la que se dispone de datos), lo que supuso un aumento de 173.000 en los ocho primeros meses del año.

Desde que entró en vigor l nuevo sistema de recuento de parados, la cifra de excluidos de las estadísticas casi se ha cudruplicado, ya que en 1986 eran 662.200. Su crecimiento no está vinculado en absoluto al del desempleo, ya que en el 92 fue inferior en casi medio millón de personas al del 86.

GANAS DE CAMBIAR DE TRABAJO

Los datos del INEM muestran que las personas que buscan empleo, incluyendo tanto las que figuran en las estadísticas del paro como las que no, sumaban en agosto del año pasado 4.147.000.

Un tercio delas demandas excluidas de las estadísticas han sido presentadas por personas que, teniendo un trabajo, se inscriben en las oficinas del INEM con la intención de cambiar de empleo o compatibilizar uno nuevo con el que ya ejercen.

Este colectivo está formado por 689.000 personas, frente a las 40.000 de hace sólo cinco años. También son muy numerosos los demandantes de empleo a tiempo parcial (más de 120.000) y los estudiantes (por encima de 500.000).

El resto de excluidos lo forman los jubilados (2.029), los trabajadores afectados por suspensión de contratos y reducciones de jornada (24.093) y los trabajadores eventuales agrícolas subsidiados (más de 300.000).

También alcanzan una cifra significativa los demandantes de empleo coyuntural a domicilio (85.679) y los pluriempleados (más de 10.000). Hay también 411.000 demandas de empleo en las que el INEM no especifica la causa de la exclusión.

Del total de excluidos, alrededor de la mitad viven en Andalucía, seguida por Valencia, Cataluña, Marid, País Vasco, Castilla y León, Canarias, Galicia, Extremadura, Castilla La Mancha, Asturias, Murcia, Aragón y Navarra.

Atendiendo a las edades, alrededor de un millón de parados excluidos de las estadísticas tienen menos de 30 años (que son también los que más frecuentemente carecen de experiencia). Por sexos, hay más mujeres que varones.

En cuanto a su nivel de cualificación, predominan los que tienen solamente certificado de escolaridad, que son más de medio millón, y quienes sólo han realizdo estudios de EGB, mientras que son muchos menos los titulados de graduación superior y las personas sin estudios.

UNIFICAR CRITERIOS

En relación con estos datos, la secretaría de Empleo de CCOO, Salce Elvira, manifestó a Servimedia que las estadísticas del INEM infravaloran el número real de desempleados y consideró sospechoso que haya más de 400.000 parados excluidos sin que el instituto haga constar la razón.

Añadió que los datos de la EPA, que arroja un nivel de paro sensiblemente superiora los del INEM, son más creíbles que los de las oficinas de empleo, que no deberían ser considerados, a su juicio, como un indicador solvente del paro que hay en España.

Otro extremo de las estadísticas del INEM que la dirigente de CCOO consideró inverosímil es que quienes se inscriben para cambiar de empleo hayan pasado de 40.000 a casi 700.000 en los últimos cinco años.