En manifestaciones hechas en el Fórum Europa, Mas insistió en que "los grandes pactos de Estado" se hacen entre los partidos" que ocupan la centralidad" y esos son "en España el PSOE y en Cataluña CiU".

Añadió que el acuerdo alcanzado entre Mas y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado 21 de enero, certifica que los que "hacen avanzar las cosas son los que juegan en el centro", y subrayó que los que quedan fuera del consenso se limitan a radicalizarse y a "patalear".

Tras reconocer que el acuerdo alcanzado con el Gobierno no es "óptimo", lo defendió como "bueno para Cataluña" porque, además de suponer avances en el autogobierno, está sustentado sobre una "buena estructura de apoyo", que es "el acuerdo", y no sobre "el material de derribo del desacuerdo".

Mas reconoció los avances que supondrá el nuevo Estatuto para Cataluña y reconoció el "esfuerzo" realizado por el PSOE para pactar la reforma en un clima de "enorme hostilidad y demagogia gigantesca", pero al mismo tiempo advirtió de que "no consentirá ni juegos malabares, ni piruetas" en la tramitación y aprobación del texto acordado en las Cortes Generales.

El líder de CiU insistió en el alcance de este nuevo Estatuto y aseguró que, aunque la formación que lidera no renuncia al objetivo de conseguir la aplicación de lo aprobado por el Parlamento catalán, reconoce que esta reforma "tiene voluntad de permanencia" porque el texto deja "las puertas abiertas" para resolver muchos de los temas que quedan pendientes.

Dada la importancia de esta operación política, Mas cree que "que quien quede fuera de este partido, quedará fuera de juego por muchos años". Con esta referencia se dirigía al PP, que ha mostrado una posición radical, y a ERC, que está poniendo fuertes objeciones al texto pactado entre el Gobierno y CiU.

Mas entiende que la campaña de recogida de firmas impulsada por Mariano Rajoy es "bastante histriónica" y "contraproducente para sus propios intereses". Insistió en que "nadie puede creer que este Estatuto liquida España", porque lo que hace es "una apuesta por la España real", alejada del "centralismo impuesto".

Sobre la posición del líder del PP catalán, Josep Piqué, dijo que es consciente de que su formación no sólo se va a quedar "fuera de juego", sino que "se va a quedar fuera del campo como mero espectador y como partido insignificante" en el panorama político catalán.

En relación a ERC, Mas insistió en que es responsabilidad del Gobierno de la Generalitat afrontar con "coherencia" la convocatoria del referéndum sobre la reforma del Estatuto. En su opinión, "es absolutamente ilógico" que el tripartito afronte una consulta popular sin tener una postura común en relación al Estatuto, que ha sido el proyecto político más importante de la legislatura.

A su juicio, la situación de división en el seno del Ejecutivo catalán requiere "medidas drásticas" por parte de su presidente, y si no las toma quedará en evidencia que el tripartito es "más una suma de interes partidistas que un proyecto coherente de país".