Al acto, que fue inaugurado por el lehendakari del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, asistieron numerosas personalidades del mundo de la política vasca.

Altérmino de cada vuelta de los 8,5 kilómetros de que consta el circuito, los participantes cumplieron la tradición de entregar una pequeña cantidad de dinero a los organizadores. Los fondos recaudados se destinarán a la ikastola de Aztegi.

Durante el recorrido, empañado este año por la lluvia, se pudieron contemplar las actuaciones musicales de charangas, grupos y "trikitrilaris" (personas que tocan una especie de acordeón pequeña), así como disfrutar de las exhibiciones de deporte rural, actuaciones d grupos de danzas y juegos de niños.

Para este evento, se volvió a poner en marcha el ferrería de Mirandaola, que data del siglo XV, y donde se ve la manera de trabajar, con los utensilios de aquella época, de los antiguos ferones vascos.

Aparte de la financiación de la "ikastola", los organizadores del acto pretendían tres objetivos con este "Kilometroak": una potenciación de la "ikastola", ayudar a la normalización del euskera y dar a conocer el pueblo de Legazpi.