Tumbados en el suelo simulando tener sangre sobre su cuerpo y con banderillas clavadas sobre su espalda "poniéndose en el lugar del toro y su sufrimiento", los participantes estuvieron rodeados de curiosos y numerosos medios de comunicación.

Rafael Boró, portavoz de la asociación antitaurina, dijo a Servimedia que la protesta busca hacer "un llamamiento a nuestra clase política, que dona cuantiosos recursos a la promoción de los toros; hoy no existiría la tauromaquia si no recibieran tantos recursos".

Respecto a una hipotético cambio del artículo de la Constitución Española que reza que los toros son la fiesta nacional, esta asociación antitaurina considera que "no nos lo hemos planteado a ese nivel, la sociedades evolucionan, las juventudes evolucionan, y hoy día la mayoría de los españoles no se sienten identificados con las corridas de toros en absoluto, hay muchos españoles avergonzándose cuando les hablan de ello".

"También queremos protestar contra la multa que nos puso la Comunidad de Madrid de 18.000 euros por una supuesta infracción del reglamento taurino", al aproximarse a un toro durante un acto de protesta, explicó Boró.