MÁS DE 2.225 MENORES ESTÁN CONDENADOS A CADENA PERPETUA EN EEUU, SEGÚN DENUNCIAN AMNISTÍA INTERNACIONAL Y HUMAN RIGHTS
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En Estados Unidos al menos 2.225 personas están cumpliendo cadena perpetua sin libertad condicional por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años, según denuncian las ONG Human Rights Watch y Amnistía Internacional (AI) en un nuevo informe publicado hoy.
Aunque muchos de estos menores son ya adultos, el 16% tenían entre 13 y 15 años cuando se cometió el delito. Además, el estudio calcula que el 59% fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de obtener libertad condicional en su primer juicio ante un tribunal penal.
Cuarenta y dos estados tienen en la actualidad legislación que permite condenar a menores a cadena perpetua sin libertad condicional. Además, en 26 estados la cadena perpetua sin libertad condicional es preceptiva para toda persona declarada culpable de homicidio premeditado, independientemente de su edad.
Según señalan los autores del informe, este es el primer estudio de ámbito nacional que examina la práctica de juzgar a los menores como a adultos y condenarlos a cadena perpetua en prisiones para adultos y sin posibilidad de obtener libertad condicional.
"Las personas menores que cometen delitos graves no deben quedar sin castigo", reconoce Alison Parker, investigadora de Human Rights Watch y autora del informe. Sin embargo, advierte, "si son demasiado jóvenes para votar o para comprar tabaco, también lo son para pasar el resto de su vida entre rejas."
DELINCUENCIA JUVENIL
Las organizaciones de derechos humanos afirman también que el temor generalizado e infundado a los "superdepredadores" adolescentes -jóvenes violentos, con largos historiales criminales, que hacen presa en la sociedad- ha llevado a los estados a juzgar cada vez más a los menores como a adultos.
Sin embargo, según Amnistía Internacional y Human Rights Watch, no hay correlación entre el uso de la cadena perpetua sin liberad condicional y los índices de delincuencia juvenil. "No hay indicios de que esta pena impida la delincuencia juvenil o sirva para reducir sus índices". "Se puede proteger la seguridad pública sin imponer al menor la pena de prisión más severa posible", subraya Parker.
Human Rights Watch y Amnistía Internacional ponen también en tela de juicio la idea de que los menores condenados son irrecuperables, que está implícita en la pena que se les impone. "Los menores que cometen delitos graves tienen todavía la capacidad de cambiar y mejorar su vida", añade.
Por todo ello, las organizaciones piden a Estados Unidos que ponga fin a la práctica de condenar a menores a cadena perpetua sin posibilidad de obtener la libertad condicional. "En el caso de los que se encuentran ya cumpliendo esta pena, se deben tomar de inmediato medidas para que tengan acceso a procedimientos de concesión de la libertad condicional", concluye el estudio.
(SERVIMEDIA)
13 Oct 2005
SBA