El presidente de la Asociación de Oficiales de Policía, Tony Melville, dio las gracias a todos los que entregaron sus armas blancas y señaló que cada una de las retiradas de las calles es una oportunidad menos de que sean usadas para "matar, mutilar o intimidar".

Los propietarios de estas armas blancas pudieron deshacerse de ellas depositándolas en bidones colocados al efecto, con la garantía de no ser procesados por estar en posesión de armas ilegales. Las armas serán ahora recicladas y usadas, por ejemplo, para el hormigón armado con el que se construirán nuevos edificios.