Martí Mingarro pronunció una conferencia en el Club Siglo XXI sobre "El secreto de las comunicaciones", en la que se refirió a la existencia de micrófonos ocultos en las cárceles. "Tenemos la obligación de clamar públicamente por la desaparición de ese amenazante artilugio de riesgo permanente que no resiste el más mínimo análisis legal", dijo.

Insistió en que, ni en los casos de terrorismo, "nunca, nunca la comunicación abogado-cliente puede interferrse sin que el juez la acuerde y sólo en base a que sea precisamente el abogado el sospechoso de participar en el delito que se averigua o investiga".

En ese sentido, agregó que ni la Abogacía ni los abogados "vamos a estar nunca del lado del crimen", pero matizó que "no vamos a callar ni a incumplir con nuestro deber de advertir a la sociedad en cuanto a la existencia de fisuras y quiebras del Estado de Derecho, que, en esta materia, son especialmente peligrosas".

"La intercepción de comunicacioes entre abogado y cliente constituye gravísimo e intolerable atentado a uno de los puntos neurálgicos del Estado de Derecho, si esa intercepción no cuenta con todas las garantías de respaldo judicial para tan excepcional medida", reiteró.

Martí Mingarro dijo que la necesidad de amparar con "el manto judicial las escuchas es inexorable y debería ser el único camino posible para quebrantar la coraza protectora de ese derecho", y señaló que "tenemos que alzar nuestra voz ante esa sensación de que algo tn significativo como la efectividad del secreto de la comunicación está en riesgo".

Finalmente, anunció que "perseveraremos en la defensa del sigilo, porque el secreto no es nuestro privilegio sino el del cliente", y pidió ayuda a toda la sociedad "para erradicar esa situación oprobiosa y claudicante".