En declaraciones a Servimedia, Marsal expresó su apoyo a campañas como las llevadas a cabo por el ministerio en Argentina y Uruguay, o las proyectadas en Méxic y Venezuela, argumentando que los hijos de emigrantes con nacionalidad española "tienen el derecho a ser soldados".

No obstante, reclamó a Defensa que estas campañas de captación se realicen "con extremado tacto, para no levantar ampollas ni roces", como ha ocurrido en los casos de Argentina y Uruguay, donde algunos sectores sociales han acusado a España de "reclutar mercenarios" entre los jóvenes de aquellos países.

En cuanto al número de personas reclutadas por este procedimiento, Marsal comenó que el Ministerio de Defensa "no tiene que obsesionarse con llegar a las cifras de entre 100.000 y 110.000" soldados profesionales en el Ejército, sino que "ha de preocuparse por la calidad, por que las cosas se hagan bien y que los procesos de selección sean correctos".