Rajoy respondía así a las pretensiones de Marruecos sobre territorios de soberanía española, manifestadas en los últimos días por el ministro de Asuntos Exteriores, Abderraman Yussufi, y por el propio monarca alauita en el discurso de su tercer aniversario de acceso al trono.

"La soberanía española sobre Ceuta y Melilla e islas y territorios adyacentes, consagrada en la Constitución de 1978, se ejerce desde hace iglos con plenitud, de una manera permanente y efectiva, de conformidad con el derecho internacional y carece, por tanto, de objeto cualquier diálogo o reflexión al respecto", aseguró.

Pese a la firmeza de esta declaración, el portavoz del Gobierno reiteró la voluntad de España de mantener con Marruecos "las mejores relaciones posibles de amistad, de cooperación y de buena vecindad, de conformidad con derecho internacional y con el tratado del año 1991".

En este sentido, Rajoy reiteró a las autordades marroquís la oferta del Gobierno de "un diálogo sincero y constructivo sobre todas las demás cuestiones de interés común que el Gobierno marroquí desee plantear en relación al desarrollo económico y social, especialmente en el norte de Marruecos".

España tiene especial interés en establecer cauces de colaboración, e incluso de "cooperación transfronteriza" para luchar contra el tráfico de drogas, el contrabando y la inmigración clandestina.

El Ejecutivo español "confía" en que se produzca "uanto antes" una normalización en las relaciones diplomáticas entre ambos países que facilite la "reanudación del diálogo político".

En cuanto a la posibilidad de que en esa nueva etapa de diálogo se hable sobre el futuro del Sahara Occidental, Rajoy aseguró que la posición española es la de defender un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario porque sólo con un acuerdo entre ambas partes en conflicto puede quedar garantizado "su cumplimiento" y la "satisfacción" de unos y otros.

El vicepresdente no quiso pronunciarse sobre la última decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al respecto y, tras recordar que España no ese miembro de ese organismo internacional, dijo que "nos vale lo que diga Naciones Unidas", aunque el Gobierno seguirá defendiendo sus propias posiciones.