Según Marrero, ese comentario destrozó su vida, ya que a partir de entonces, dejó de contar con el apoyo de su equipo y del público."Siempre que fallaba una jugada me gritaban desde las gradas 'drogadicto'", explicó el jugador.

El deportista acusó a Arencibia de haber "destrozado mi vida profesional y mi matrimonio. Estoy separado de mi mujer y no tengo trabajo. Sólo juego en un equipo local por lo que me pagan cinco milpesetas", aseguró.

El deportista afirmó también que, desde aquel 9 de mayo de 1989, en que el ex presidente del club canario realizó esas presuntas manifestaciones, "he ido hacia abajo, cada vez más, hasta tocar fondo".

Marrero afirmó,a simsismo, que ha intentado encontrar trabajo en varios clubs deportivos, pero nadie le ha querido contratar, y sobre si sus compañeros de equipo le han ayudado en algo, respondió que él "no tiene amigos ni compañeros. Esos no son mis amigos".

Por su parte, Fenando Arencibia negó que acusara a Sergio de ser un drogadicto, sino que hizo esa pregunta en voz alta, sin afirmar nada. Manifestó que estaba muy tranquilo y, además, calificó de mentira la afirmación del futbolista de que le había destrozado su vida.

La acusación particular pidió 64 millones de pesetas de indemnización, mientras que el fiscal solicitó dos meses y un día de prisión y tres millones de pesetas en concepto de daños por injurias.

El fiscal dijo en la vista del juicio que "Arencibia,dada su preparación, sabía el daño que le podía ocasionar al jugador con su comentario".