El enfrentamiento se produjo en el Pleno del Congreso, donde el parlamentario de Vox preguntó al ministro por qué está concediendo un “indulto encubierto” a los presos etarras que está trasladando a cárceles vascas.

Salvá afirmó que la “actitud servil” del Ejecutivo hacia los reclusos de la banda terrorista y los “pactos del PSOE con ETA” son un “insulto a las víctimas y a las gentes de bien”. “Bien podría escupirles a la cara explícitamente: aquí tiene mi cara y escúpame. La afrenta no sería mayor”.

El ministro lamentó este comentario del diputado de Vox y le dijo que “no todo vale”, al tiempo que le recordó que también él es víctima del terrorismo, en referencia a que la banda etarra le tuviera entre sus objetivos cuando ejercía como juez. “Usted hoy ha escupido también”, dijo, “a otra víctima del terrorismo, pero que no va de víctima del terrorismo porque está ejerciendo de político”.

“CORRUPCIÓN MORAL”

Marlaska añadió que los traslados de presos etarras “son aplicación de la ley”, puesto que “es un derecho el cumplir la pena en las inmediaciones del domicilio para evitar la exclusión social”.

También reprochó al representante de Vox que, con su planteamiento sobre el acercamiento de los reclusos etarras, faltaba “al respeto” a los funcionarios de prisiones y a los jueces que deciden en cada caso si estos condenados cumplen los requisitos para ser cambiados de centro penitenciario.

Por su parte, Salvá afirmó que “todos sabíamos que el PSOE es el partido más corrupto de la historia de España y de Europa”, pero que lo que se ha puesto de relieve esta legislatura es que “esa corrupción no se limita a cuestiones económicas”.

Sostuvo que supone una “corrupción moral” que el Gobierno de Pedro Sánchez se mantenga en el poder con los “votos de sangre” de EH Bildu, lo que dijo es “la forma más vil de corrupción”.