LA "MARCHA DE HIERRO" NO COLAPSO EL TRAFICO EN MADRID AUQUE AFECTO A LOS ACCESOS DE LA N-VI Y BRAVO MURILLO

MADRID
SERVIMEDIA

La manifestación de los trabajadores del metal procedentes de Asturias, León y Vizcaya, que hoy culminaron en Madrid la última etapa de la denominada "Marcha de Hierro", no provocó un colapso de tráfico en las calles de Madrid, aunque afectó negativamente a algunas zonas de la ciudad, sobre todo a los accesos de la carretera de La Coruña, la zona comprendida entre Princesa y Argüelles y la calle Bravo Murillo.

Fuents del Gabinete de Tráfico del Ayuntamiento consultadas por Servimedia destacaron que muchos automovilistas optaron hoy por utilizar el transporte público o efectuar itinerarios alternativos, al estar enterados del acto de protesta y de los cortes y desvíos de circulación previstos.

Como ejemplo, pusieron de relieve que entre las tres y las cuatro de la tarde el nivel de intensidad circulatoria era un 6 por ciento inferior al de otros lunes en los distritos de centro de la capital.

De acuerdo con as citadas fuentes, este descenso se debió a que muchos conductores que habitualmente van a comer a sus casas o a puntos lejanos de sus centros de trabajo hoy prefirieron dejar el coche y hacerlo cerca de sus empleos.

Alrededor de las tres de la tarde, los integrantes de la "Marcha de Hierro" llegaron al casco urbano de Madrid por la carretera nacional VI, para concentrarse en el Arco de la Victoria.

En ese punto aguardaban a los manifestantes numerosos familiares que acudieron a Madrid en unos 50 autocares, que fueron estacionados inicialmente en la avenida de Juan Herrera.

Desde el Arco de la Victoria, los concentrados partieron con dirección a las calles Isaac Peral, plaza de Cristo Rey y Cea Bermúdez, originando problemas de tráfico en el eje comprendido entre Princesa y Argüelles, sobre todo en Ferraz, Rosales y Quintana.

Posteriormente, tomaron la calle José Abascal y la plaza de Gregorio Marañón, hasta llegar al paseo de la Castellana. Una vez allí, quedaron cortados los carriles entrales y permanecieron libres los laterales, aunque éstos eran insuficientes para absorber el flujo circulatorio.

La congestión afectó muy negativamente a la calle Bravo Murillo, donde eran desviados los vehículos desde la Castellana, ya que esta vía tiene un gran número de locales comerciales y soporta una gran densidad de tráfico.

(SERVIMEDIA)
26 Oct 1992
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