Maragall hizo esta propuesta en el marco de los cursos de verao de la Universidad Complutense en la localidad madrileña de El Escorial, en una conferencia en la que expuso su proyecto federal para España.

El dirigente catalán considera que el PP no tiene voluntad de abordar una verdadera reforma del Senado para dar participación a la comunidades autónomas. Por ello, reclama que su partido tome la iniciativa y convierta la Cámara Alta en un foro de debate terrirorial aprovechando las normas que en la actualidad permiten la presencia de los presidentes autonómics en los debates.

Defendió una futura Cámara territorial al estilo alemán que debería estar presidida por los presidentes autonómicos por turno rotativo y criticó al PP por tener paralizada la revisión del Senado.

En su conferencia, desgranó la concepción federal de España que defiende haciendo hincapié en la necesidad de que la izquierda asuma como esencial la defensa de la pluralidad del Estado.

Advirtió a su propio partido de que "sería un gran error" que hubiera tentaciones de defeder una "España única", en un momento en que incluso el PP ha sido capaz de adaptarse a los cambios y su propio presidente, José María Aznar, fue capaz de corregir su mensaje centralista la misma noche en que ganó las elecciones.

Maragall no descarta la posibilidad de que la Constitución sufra relecturas o los cambios precisos que requiera el paso del tiempo sobre ella y el consiguiente desarrollo del modelo que diseña.

En lo tocante al modelo de Estado, Maragall cree que el federalismo que dfiende no es un modelo cerrado sino en evolución constante y estable a la vez. A su juicio, los 20 años de vigencia de la Carta Magna hacen necesaria una revisión que ahora no es posible abordar, por la permanencia de la violencia terrorista en el País Vasco.

"La situación en el País Vasco impide que avancemos en los supuestos de federalidad y en la revisión de la Constitución", aseguró. Para dar solución a la violencia, defendió el ámbito vasco de decisión. A su juicio, son los ciudadanos vacos quenes deben encontrar fórmulas de convivencia y si ello requiere cambios legislativos, incluso en la Constitución, el resto de los españoles deberían aceptarlos.

En materia fiscal, Maragall aseguró que la filosofía de los nacionalistas ha logrado impregnar a todos los presidentes de comunidades autónomas. En concreto acusó a Alberto Ruiz Gallardón y a Eduardo Zaplana, presidentes de Madrid y la Comunidad Valenciana, respectivamente, de parecerse cada vez más a Pujol y de estar exclusivamente preocupaos por el dinero. "Todos se han convertido en Pujol", sentenció.

Su modelos de financiación esta basado en los criterios de pago a las arcas del Estado según la renta de cada comunidad y cobro según la población de cada territorio. Maragall contempla la posibilidad de que haya mecanismos correctores para las regiones menos desarrolladas pero siempre por tiempo limitado, porque la subsidiación indefinida no estimula el desarrollo.

En definitiva, busca un sistema equilibrado que no puede ser acual basado en la Constitución que, a su juicio, "es el paradigma de lo asimétrico" al consagrar el sistema foral y el común.

No se trata de que Cataluña reclame el sistema de concierto vasco, "no es cuestión de regímenes iguales, sino de resultados iguales, y de que todos tengan la misma inversión del Estado por habitante".

Aseguró que ahora el gasto público por habitante en el País Vasco supera en un 70 por ciento al del resto de las comunidades y ésa es una situación que debería "solucionare en no más de 20 años".

En el terreno cultural, el líder del PSC apostó por emprender un trabajo riguroso y científico para elaborar una "historia común de los pueblos de España, no una historia única, ni la historia de las 17 comunidades". Reconoció que es un empeño difícil que se intenta materializar desde hace dos años, pero juzgó que el esfuerzo es necesario.