MARAGALL PIDE EN MADRID QUE LE DEJEN TRABAJAR POR UNA ESPAÑA PLURAL Y EN PAZ CONSTRUIDA DESDE EL DIALOGO
-"No quiero entrar en el clima bronco y de permanente reproche que algunos parecen preferir, así no vamos a ninguna parte, ninguno".
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El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maraall, aseguró esta tarde en Madrid que está dispuesto a poner lo mejor de si mismo para lograr una España plural que viva en paz, y pidió que le dejen trabajar para ese objetivo, con críticas, pero también con respeto hacia lo que representa por su cargo y sin descalificaciones permanentes.
Maragall intervino en el acto de toma de posesión de Manuel Royes como nuevo delegado de la Generalitat de Cataluña en Madrid, cuyo objetivo es, recordó el presidente, facilitar el entendimiento entre el gobierno caalán y el central, y de Cataluña con la sociedad madrileña en representación de todos los pueblos de España.
Pese a que este acto obedecía a la normalidad institucional, Maragall aseguró que no era sólo protocolario, sino "una señal inequívoca del propósito de la Generalitat y de su presidente de reafirmar la voluntad de entendimiento y de diálogo, de abrir los brazos a todos los pueblos de España, de ofrecer el respeto y la lealtad institucionales propios de una democracia madura como es España en ese momento, de oferta y de exigencia de reciprocidad a esa lealtad y a ese respeto institucional".
Maragall otorgó a la delegación de la Generalitat en Madrid la función de plataforma para dar a conocer la realidad de Cataluña en el resto de España, "un punto de encuentro".
"Queremos escuchar y ser escuchados, queremos reconocer la realidad de España y que sea reconocida la realidad de Cataluña", dijo Maragall. No es fácil, reconoció, pero no debe ser imposible.
El presidente de la Generalita aseguró que España está ante una etapa decisiva para su futuro, que marcará su destino para bien o para mal. "Estoy convencido de que será para bien", pero, para ello, añadió, es necesario "superar viejos y nuevos tópicos, el desconocimiento y la indiferencia, restablecer puentes abandonados y construir otros nuevos".
El primer objetivo debe ser, en su opinión, "crear un clima propicio para un debate sereno, respetuoso, abierto, positivo e ilusionado sobre las diversas aspiraciones de los pueblos de spaña".
"El presidente de la Generalitat dará lo mejor de sí mismo, todo lo que pueda, para crear ese clima, con un esfuerzo de explicación y para que de Cataluña surja no una queja, no un lamento, no sólo una crítica, sino una propuesta que haga posible el sueño de una España plural viviendo en paz", aseguró.
Con ese gran objetivo a largo plazo, Maragall expuso tres retos inmediatos de su gobierno: internacionalizar la economía catalana, poner en marcha un proyecto de dos años de duración para qe Cataluña explique su visión de España, y consolidar su presencia en Europa y en el mundo, sobre todo en el Mediterráneo.
"El Gobierno quiere trabjar, y pido que nos dejen trabajar", afirmó Maragall. "No digo que no nos critiquen, estamos en democracia y si no nos criticaran faltaría la sal de la vida, pero una cosa es criticar y otra es impedir, obstaculizar, no dejar trabajar", indicó.
"Queremos que nos dejen trabajar porque vamos a demostrar otra forma de gobernar. No quiero entrar en el clim bronco y de permanente reproche que algunos parecen perferir, así no vamos a ninguna parte, ninguno", indicó.
"Por eso", concluyó, "pido que se nos deje gobernar, que se nos repete como legítimo gobierno de Cataluña, que se me respete como representante ordinario del Estado en Cataluña, y que se nos critique por lo que hagamos o no hagamos, no que se nos descalifique constantemente en base a prejuicios".
(SERVIMEDIA)
03 Feb 2004
CLC