Marín hizo esta reflexión durante la inauguración en el Congreso de los Diputados de unas jornadas sobre los veinte años transcurridos desde la adhesión de España a la Unión Europea.

Junto a Marín estuvo en la inauguración de las jornadas el presidente del Senado, Javier Rojo; el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell; y sus antecesores Enrique Barón y José María Gil Robles.

Marín, cuya tarea fue clave en la adhesión de España y que desempeñó cargos diversos en la Europa comunitaria, entre ellos el de comisario, subrayó que nunca ha considerado aquella incoporación como una tarea perfecta porque en el camino ha habido "cosas buenas, malas y regulares".

Sin embargo, añadió, sería difícil negar que esa adhesión ha sido "una de las operaciones más exitosas" en la historia de las relaciones exteriores de España.

Pese a los grandes éxitos conseguidos, Marín alertó de que a España le quedan "muchas cosas por superar" y en el fragor del debate quizá se olvidan piezas clave en la modernización y en el desarrollo de un país.

En su opinión, el "talón de aquiles" de España en esa modernización "siguen siendo los idiomas", ya que los jóvenes españoles no tienen la formación de otros países europeos, especialmente de los más veteranos en la UE.

Juzgó por ello necesario un "extraordinario esfuerzo" para reforzar esa formación en idiomas y dar así un empujón definitivo al desarrollo del país.

Junto a ello, consideró también imprescindible "seguir peleando" en Europa por algunas políticas comunes que permitan afrontar nuevas necesidades, especialmente en los campos de la seguridad y la inmigración.