En rueda de prensa desde Valladolid tras una reunión telemática con los presidentes provinciales del PP de Castilla y León, Mañueco se pronunció en estos términos después de que el presidente del PPE, Donald Tusk, admitiese haber recibido como “una triste sorpresa” la noticia del pacto entre el PP y Vox para conformar Gobierno en esta comunidad.

“No sé qué es lo que ha podido ocurrir ayer en el PPE”, admitió Mañueco, que dijo conocer lo que se ha dicho a través de los medios de comunicación. En todo caso, se declaró sorprendido y se puso de inmediato “a disposición” de Tusk o de “cualquier otro miembro del PPE que tenga dudas sobre si este acuerdo encaja perfectamente en los principios” del partido.

A pesar de reconocer que las “diferencias” que existen entre el PP y Vox son “públicas y notorias”, defendió que ambas formaciones han sido capaces de encontrarse en “una postura común de equilibrio”. Dicho esto, reafirmó que está disponible para explicar este pacto a quien “tenga dudas” sobre su contenido.

Abundó en que esta negociación con Vox “surge de la legitimidad” que le dieron las urnas y también del “mandato” de la Junta Directiva Regional del PP y del Comité Ejecutivo Nacional de su formación, reunido este último órgano dos días después de las elecciones del 13 de febrero bajo la presidencia de Pablo Casado.

Por tanto, se remontó al martes 15 de febrero, cuando el propio Casado trasladó al PP de Castilla y León el “respaldo” de la dirección nacional “para seguir negociando” para sacar adelante la investidura y “mantener un gobierno que él mismo calificaba de éxito”. “Es lo que hemos hecho, dialogar con todas las fuerzas políticas”, se justificó.

En este sentido, destacó que algunas formaciones “se autoexcluyeron desde el primer minuto”, y mentó al PSOE, con quien compartió “escasos minutos” de diálogo. “Y hemos seguido negociando y hemos llegado a un acuerdo que es, desde luego, perfectamente explicable a cualquier persona del PP de España y del PPE”, garantizó Mañueco.

De tal manera, mostró su “sorpresa” ante las críticas que se han ido conociendo tras la reunión de líderes del PPE en la que participó este jueves Casado en París. “Me ha sorprendido porque él era el presidente del Comité Ejecutivo Nacional cuando se mandató al PP de Castilla y León”, repitió, y también confirmó que no ha tenido “la oportunidad” de hablar con el todavía líder del PP, pero indicó que está a su “entera disposición para aclarar los términos de este acuerdo”.

“Este pacto lo que permite es garantizar la estabilidad política de Castilla y León, desterrar el fantasma de la repetición electoral y va a ofrecer un gobierno estable, fuerte y sólido para cuatro años”, defendió Mañueco, quien insistió en que el Ejecutivo de coalición con Vox estará comprometido con la igualdad, la cohesión territorial y la Unión Europea. “Lo único que les pido es que no nos juzguen por lo que ustedes piensen que pueda ocurrir, sino por lo que vayamos a hacer. Todavía no hay gobierno ni estructura. Tengamos paciencia”, añadió.

REPARTO DE CONSEJERÍAS

En este sentido, insistió en que el pacto con Vox “da soluciones” a los ciudadanos en “momentos de incertidumbre nacional e internacional” y cumple con el compromiso que adquirió antes de los comicios del 13-F. “A pocos días de las elecciones, di una rueda de prensa donde dije que me comprometía a lograr un gobierno fuerte y estable, y evitar un adelanto electoral. He cumplido”, afirmó.

Respecto a las negociaciones con la formación presidida por Santiago Abascal para pulir la estructura del Gobierno, Mañueco desveló que ninguna de las partes ha hablado aún de los “intereses” que pueden tener por consejerías concretas, pero se han emplazado a que la organización del gobierno regional esté “cerrada” antes del debate de investidura, que, por otro lado, quieren “agilizar al máximo”.

Asimismo, avanzó que “no hay líneas rojas” en el reparto de consejerías, pero adelantó que la designación de las delegaciones territoriales recaerá sobre el PP.

VIOLENCIA DE GÉNERO

En esta comparecencia, Mañueco también se detuvo a la hora de aclarar un “aspecto que ha generado dudas”, en concreto el punto de su acuerdo con Vox relativo a la ley de violencia intrafamiliar. Aquí puso poner en contexto que Castilla y León tiene una ley sobre violencia de género que “ya tiene una década” o “algo más”.

Explicó que su región también cuenta con un plan de violencia intrafamiliar aprobado en febrero de 2019, unos meses antes de las elecciones autonómicas de mayo de ese mismo año. “Ese plan tiene una vigencia que en unos meses se termina” y ahora se “apuesta por convertir ese plan en ley”, trasladó Mañueco.

El objetivo, continuó, es que “haya una protección mayor para las personas que puedan sufrir violencia en el entorno familiar”, ya sea “maltrato a mayores, a personas con discapacidad o a niños”. “Nos parece especialmente relevante” que “en la renovación del plan se convierta en una ley” y “ese es el aspecto que viene en el punto del acuerdo [con Vox]”, expuso.

A continuación, Mañueco subrayó que “nada modifica la ley contra la violencia de género que existe en el ordenamiento jurídico de Castilla y León y fue una de las leyes pioneras en su momento”. “Y va a seguir existiendo”, reiteró, antes de destacar que él está “siempre con las víctimas” de “todo tipo de violencia” y “también la violencia de género”.

De tal manera, hizo hincapié en que “elevar la protección” de “aquellos otros tipos de violencia que se producen en el ámbito familiar” nada tiene que ver “con el menosprecio, minusvaloración o la protección de la violencia de género”. “Nada tiene que ver, es complementario”, sintetizó Mañueco, quien garantizó que los fondos destinados a esta materia no se reducirán.