El Alto Tribunal ha estudiado el caso de una persona que accedió a una receta en blanco en la que sólo figuraban el nombre y elnúmero de colegiado del médico, y en la que estampó una firma falsa autoprescribiéndose un medicamente psicotropo. En ella especificaba, además, que el tratamiento duraría cinco meses. De esta forma obtuvo el fármaco en repetidas ocasiones, ya que presentaba la receta en distintas farmacias.

La Audiencia Provincial absolvió al querellado y ahora el Supremo ha confirmado que es preciso que exista el ánimo de causar perjuicio al médico para que exista un delito de falsificación.