La multitudinaria manifestación, en la que según la Policía Municipal participaron cerca de 800.000 personas, provocó que los cidadanos se inclinaran por utilizar medios de transporte públicos, como habían recomendado las autoridades y asociaciones convocantes.

Un portavoz del Metro informó a Servimedia que en todas las líneas del suburbano se vendieron miles de billetes más que los que se venden en un día normal. Este hecho fue especialmente destacable en las estaciones de Colón y alrededores, así como en la estación de la Puerta del Sol, donde concluyó el acto de protesta.

Los vagones y andenes de las zonas por las que iscurría la manifestación se vieron ocupados por una riada de personas, hasta el punto de que bastante antes de que comenzara el acto la estación de Colón quedó saturada, lo que obligó a desalojar a los viajeros en las paradas anteriores.

Por su parte, los conductores del Metro suspendieron la huelga que tenían convocada para la tarde con el fin de facilitar de esta forma el desplazamiento de los madrileños.