Pasadas las seis de la tarde iniciaba su recorrido la pancarta, bajo el lema "La familia sí importa", llevada por varias de las personalidades promotoras de esta convocatoria popular.

Entre ellos estaban José Gabaldón y Benigno Blanco, presidente y vicepresidente del Foro respectivamente, miembros de la plataforma "Hazteoir", representantes de la Federación de Familias numerosas y Kiko Argüello, fundador del Movimiento Catecumenal.

Algunos de los más de 600 autobuses venidos de toda España para la manifestación se han ido aparcando en las calles Alcalá, Menéndez Pelayo, junto al Retiro, y O´Donnell. Desde las 16:00 horas iba bajando hacia la Castellana un gran número de gente que se fue agrupando en torno a las sombras de los árboles y las paradas de autobús. Los termómetros marcaban 36º a las 17:25 horas.

En torno a esa hora se estaba finalizando de elaborar una gigantesca pancarta de sesenta por veinte metros, con el lema de la manifestación, sostenida por más de 250 globos de helio.

Acompañando a la cabecera de la manifestación, se oían gritos y eslóganes referentes a la educación familiar y al matrimonio gay; "Familia unida jamás será vencida", Zapatero, rectifica" o, siguiendo el lema de la manifestación, "La familia sí que importa". Niños, jóvenes y mayores portaban las más diversas pancartas, tales como "Con los niños no se juega", "Quiero un padre y una madre" o "Día del orgullo familiar".

Al llegar a la Puerta del Sol los responsables de la manifestación, junto con representantes de diversas asociaciones en defensa de la familia de todo el mundo, leyeron varios documentos acompañados de música y animación para las miles de personas allí congregadas.

Cristina López Schlichting, periodista de la cadena COPE, leyó un manifiesto en el que se pedía la retirada del proyecto de ley que equipara las parejas de homosexuales con el matrimonio, una mejor política integral en defensa de la institución familiar, un ordenamiento jurídico que garantice el respeto a la vida humana en su integridad y una valoración positiva del carácter humanizador, ético y social del hecho religioso.

Al terminar el acto, los organizadores de la manifesación animaron a la muchedumbre a ir abandonando la madrileña Puerta del Sol mientras empezaban a trabajar los servicios municipales de limpieza en la Plaza de la Cibeles y a las 20:25 se abrieron al tráfico los accesos de la Castellana.