De acuerdo con el proyecto, las víctimas de violaciones podrán recibir una nueva identidad, como ocurre ya con los testigos de casos judiciales de envergadura.

Al Gobierno británico le preocupa el hecho de que, aunque ha habido un aumento de un 165% de casos de violaciones denunciados en los pasados nueve años, sólo en uno de cada diez de ellos se logra una sentencia de un tribunal que condene al violador. Ante esta situación, muchas mujeres prefieren no denunciar para evitar represalias por parte de sus agresores.

A partir de estos datos, las autoridades británicas pretenden reformar la legislación de crímenes sexuales, que podría incluir un programa de proección policial de testigos, como el que ya existe, para ayudar a las víctimas a denunciar los casos ante los tribunales.

Gracias al programa de testigos vulnerables, la mayoría de los informadores de la policía o cualquier persona que aporta pruebas contra el crimen organizado pueden contar con nuevas identidades y mudarse a otros lugares del país.