García Pérez recibió nueve puñaladas de su ex esposo hace once años, en presencia en dos amigas, durante los trámites de separación. Como consecuencia de la agresión se quedó en situación de invalidez absoluta para trabajar, por lo que tuvo que cerrar una peluquería de su propiedad. Ahora vive con una pensión de 54.000 pesetas.

Según relató hoy a Servimedia, su ex marido "actualmente está haciendo lo mismo que antes de apuñalarme, seguire a todas partes", y además le ha telefoneado este año tres veces para decirle "que me va a matar a la primera oportunidad".

Carmen García explicó que ahora siempre va por la calle acompañada de alguien, casi nunca sale de noche y va andando con "cuatro ojos", porque el miedo no se lo puede quitar nadie.

"Siempre tengo la cosa esa de que me siguen. Cuando oigo que alguien viene corriendo detrás mía, me paro y me giro despacio por si es él", dijo. "Si la cosa ocurre de frente, no puedo evitar pone las manos en la cara para protegerme. Es una sensación de miedo que siempre está ahí".

Según explicó García Pérez a Servimedia, su marido fue condenado a 13 años de prisión, de los que sólo cumplió 3 y ocho meses. Mientras estuvo en prisión, su marido continuó amenazándola con matarla y hostigó a sus dos hijos a través de compañeros de cárcel y otras terceras personas.

Carmen García Pérez señaló que ha pensado muchas veces en vender la casa y marcharse, pero agregó que no lo hace, porque sabe qu vaya donde vaya, él la encontrará y no puede estar "huyendo siempre". "Más de lo que he hecho, ya no puedo hacer", aseguró.

LUNA DE MIEL A PALOS

Esta mujer explicó que los maltratos comenzaron un día después de la boda y continuaron 11 años. Durante los trámites de separación la amenazó con matarla y quemar la casa, por lo que fue condenado a 3.000 pesetas de multa. Meses más tarde, encontraron un cable eléctrico que conectaba el extractor de humos de la cocina con los tubos del gas, lo que habría rovocado un incendio al encender el hornillo.

"Aguanté no sé cómo. También porque me habían educado para aguantar", dijo. "Mi madre decía que cuando la casa se quema, hay que evitar que el fuego salga fuera, y eso es lo que hice hasta que no pude más".

A su juicio, muchas mujeres soportan los malos tratos porque las han enseñado "estúpidamente" que en casa hay que aguantar todo y que los problemas se deben quedar siempre dentro. En este sentido, agregó que es necesario que cambie la educación sexsta que reciben los niños en los hogares.

Asimismo, apuntó que, a su juicio, la sociedad española es cómplice de los malos tratos a las mujeres por guardar silencio y no darle la importancia que se merece este problema.