Una vez seeccionados estos policías, desde la Dirección General de la Policía se les impartirán unos cursos de formación especializados en la atención y ayuda ante este tipo de delitos y, en principio, estarán en la calle antes del verano.

Cada uno de estos agentes tendrá asignado un número determinado de mujeres víctimas o con posibilidad de sufrir agresiones. El contacto entre las mujeres y los policías será permanente gracias a la distribución de 500 teléfonos móviles para los policías y otros 1.780 a las vítimas.

De esta manera, cada mujer podrá estar en contacto continuo con el policía y los agentes pondrán controlar las posibles situaciones de riesgo para la mujer de manera inmediata y actuar en consecuencia.

Estos agentes, todos ellos en situación de segunda actividad, se distrubirán en todo el territorio y de esos 500, un total de 100 irán destinados a Madrid.

Con estas nuevas Unidades de Prevención, Asistencia y Protección a la mujer víctima de malos tratos se pretende intensificar la ateción inmediata y crear un clima de confianza que permita alentar las denuncias de las conductas criminales relacionadas con la violencia familiar.