El ministro de Justicia, consciente de que "no hay remedios mágicos para problemas complejos", abogó por "la tolerancia cero" y la movilización social "que permita que no haya testigos mudos de agresiones. Todo ello, reiteró, unido a la necesidad de seguir impulsando otras medidas "que son necesarias para la plena eficacia de la orden de protección".

En este sentido, recordó el resto de iniciativas que se están tramitando para garantizar la eficacia de esta orden de protección. Entre ellas, destacó la reforma del Código Penal -que hará que la primera lesión sea tildada de delito- y la reforma de la prisión provisional, reformas para las que pidió el consenso de los grupos para que se tramiten cuanto ates.

Asimismo, se refirió a la puesta en marcha de los juicios rápidos, -"que ya están permitiendo que los jueces en 72 horas puedan decretar los mecanismos de protección"-, y la aprobación en el Consejo de Ministros de la renta activa de inserción.

"Entre todos", concluyó, se está dando un vuelco al ordenamiento jurídico para hacer que el Estado de Derecho sea "mucho más sensible, mucho más eficaz, en la tutela de las víctimas y en la lucha contra el agresor". En esa labor, reconoció, "no hay reetas mágicas, pero sin duda la orden de protección es un paso muy importante", concluyó.