En concreto, un sondeo entre diferentes especialistas del Area de Mujer, Sanidad, Drogodependencias y Servicios Sociales, entre otros ámbitos, concluye que un 85% de estos profesionales declaran que el alcohol "a menudo" o "muy a menudo" juega un papel importante en actos violentos contra la pareja, mientras que la cocaína es considerada en segundo lugar 53%).

El conseller Rafael Blasco ha destacado las conclusiones de este trabajo, que, enmarcado dentro del Proyecto MALVA, aborda la "interacción funesta" existente entre determinados factores culturales y el abuso del alcohol, que tan a menudo se da en agresividad y violencia doméstica.

"Con este tipo de investigaciones", señaló Blasco, "podemos conocer mejor los factores de riesgo de la violencia doméstica y cómo desarrollar estrategias que nos permitan afrontar con mayor efectividad este problea a través de la detección e intervención precoz de las potenciales víctimas y agresores".

Una de las conclusiones de este estudio es la urgente necesidad de relacionar el tema de las personas con problemas de abuso de alcohol y el de la violencia familiar, de ahí que se destaque la importancia de asegurar el tratamiento para disminuir el riesgo de violencia.

La investigación también aborda el abuso de alcohol como estrategia para afrontar este problema. Así, en relación al consumo de alcohol u oras drogas por parte de las víctimas de violencia doméstica, los profesionales consultados consideran que sólo en algunas ocasiones las víctimas muestran abuso de dichas sustancias.

No obstante, sí se demuestra que hay víctimas de violencia doméstica que utilizan el consumo de alcohol u otras drogas como una estrategia de afrontamiento o como una forma de disfrazar el enorme sufrimiento psicológico experimentado a causa de la violencia.

En relación a las conductas típicas y características de losagresores, entre las más observadas los especialistas apuntan la irritabilidad, los celos excesivos (celotipia), la inestabilidad emocional y la adicción al alcohol.

El estudio también aborda recomendaciones y estrategias en la prevención de la violencia doméstica. Entre las medidas educativas, se enuncian algunas como la educación desde la escuela en la igualdad, el respeto y la no violencia; informar sobre los riesgos y consecuencias del alcohol y de otras drogas; educar en hábitos saludables de conumo controlado de alcohol; fomentar actividades de ocio no relacionadas con consumo de alcohol y drogas, y elevar el nivel de formación de los profesionales respecto a la violencia doméstica.