Según la organización, esta situación de inseguridad alimentaria está poniendo en peligro la salud de los más vulnerables. Según cifras del Programa Mundial de Alimentos (PAM) cerca de un millón de personas ya están en peligro.

Para hacer frente a esta crisis, Acción contra el Hambre está reforzando sus actividades de reparto de alimentos, agua y saneamiento y actividades de apoyo a los medios de vida de las poblaciones más afectadas.

Según la responsable de Seguridad Alimentaria de Acción contra el Hambre, Carol Lambert, "nos encontramos al comienzo de la temporada seca y en la zona existe riesgo de hambruna. Sino intervenimos inmediatamente muchas comunidades perderán sus medios de vida, que son los animales, y no podrán afrontar los próximos meses".

Además, los pozos de agua están sobresaturados, lo que conlleva al deterioro de la calidad del agua y aumenta el riesgo de epidemias.