Desde esta tarde y hasta la noche de mañana, festividad de los Reyes Magos, los más de 1.000 establecimientos pasteleros ubicados en la Comunidad de Madrid venderán aproximadamente un millón y medio de roscones típicos, ya que los madrileños se inclinan preferentemente por piezas de 750 gramos.

La cifra de ventas es muy similar a la del pasado año y también los gustos se mantienen, pues solamente el 25% de los compradores optan por roscones de baja calidad y procedentes de la elaboración masiva de est dulce típico en fechas muy anteriores a su puesta a la venta, según fuentes de la asociación.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Pastelería de Madrid, Salvador Santos, señaló que "alguna gran superficie venderá roscones elaborados con bastante anterioridad y descongelados ahora para su venta como producto fresco", por lo que "su calidad deja mucho que desear".

La asociación madrileña de pastelería ha percibido un incremento del consumo de este producto en la comunidad durante los útimos años. El roscón de Reyes nació en Francia durante el reinado de Luis XV.