Según las previsiones de la Asociación Empresarial de Pastelería Artesana (AEPA), estas ventas suponen un incremento de aproximadamente el 10% con respecto a las del año pasado.

Según explicó a Servimedia el presidente de esta organización, Salvador Santos Campano, este aumento se debe a que se trata de un producto totalmente introducido y arraigado entre los ciudadanos de la capital.

"Las tradiciones se respetan aun en crisis", indicó Santos Campano, tras incidir en que, a pesar de la desaceleración económica, el consumo de este dulce aumenta este año, en lugar de decrecer. "Además, se trata de un producto al alcance de todos los bolsillos", añadió.

Las rosquillas se venden a un precio de entre 18 y 20 euros el kilo, cerca de un 10% más de lo que costaban el año pasado. En cada kilo entran entre 25 y 30 rosquillas.

De los 2,1 millones de kilos que los pasteleros prevén vender, cerca del 60% serán rosquillas "listas" (es decir, las que tienen una glasa de limón), el 25% serán "tontas" (la masa sola), el 10% "de Santa Clara" (las glaseadas con merengue) y el 5% "francesas" (con trocitos de almendra).

Además de rosquillas, también se venderá, en menor proporción, otro dulce típico de esta fecha: los galos. Se trata de masa frita y bañada en chocolate, vainilla o café, cuyo precio oscila entre 22 y 25 euros el kilo. La AEPA calcula que se venderán cerca de 400 kilos de galos en los días cercanos al 15 de mayo.