Al acto religioso acudieron, entre otras personalidades, el presidente del Tribunal Constitucional, Miguel RodríguezPiñero; el ministro de Agricultura, Luis Atienza; el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo; el alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano; y el portavoz del PSOE en el Congreso, Joaquín Almunia.

En representación del PP se encontraban, además de Aznar y su esposa, Ana Botella, quienes recibieron grandes aplausos a su entrada a la iglesia, Francisco Alvarez Cascos, Mariano Rajoy, Alberto Ruiz-Gallardón, Jaime Mayor Oreja, Rodrigo Rato, Loyola de Palacio y Federico Trillo.

Tambiénestuvieron presentes los cuatro concejales del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, numerosos ediles del consistorio madrileño, diputados nacionales del PP y ex ministros, como José Pedro Pérez Llorca.

La homilía corrió a cargo del vicario episcopal de Madrid, Jesús García Burillo, quien dijo que la muerte violenta de Gregorio Ordóñez ha conmovido a España y ha suscitado ecos más allá de nuestras fronteras.

El oficiante destacó el talante "profundamente religioso y cristiano" del dirigente poplar, así como su compromiso social y político, y señáló que su muerte ha dejado un gran vacío entre sus compañeros y una "brecha abismal" para su esposa, hijo y familiares.

"VEHEMENTE PERO NO EXTREMISTA"

Tras aludir al perfil humano de la víctima, de quien destacó que era una persona muy humana y vehemente, pero no extremista, subrayó que "Goyo" (nombre por el que era conocido entre los suyos) era una "llama viva de simpatía, esperanza y coraje", que trabajaba incesantemente para lograr una ciudada ás justa y una España mejor.

El vicario espiscopal de Madrid puso de relieve igualmente la sencillez y transparencia que acompañaban la personalidad de Gregorio Ordóñez, quien siempre fue fiel a la idea de que nunca se puede tricionar a la verdad.

En su homilía, el vicario episcopal aseguró que tantas muertes de policías y militares a manos de los terroristas "han ido borrando nuestra capacidad de asombro e indignación", aunque indicó que en el caso de Gregorio Ordóñez su muerte, la de un represetante de la soberanía popular, entrañaba una calificación especial.

Recordó que la vida de todo hombre es sagrada y que en el caso de Gregorio Ordóñez alguien ha pretendido suplantar a Dios, para a continuación afirmar que el origen del mal está en la perversión del hombre, que se convierte en enemigo mortal dde sus semejantes.

No obstante, el oficiante hizo hincapié en que a pesar de la presencia "persistente y execrable" del terrorismo no se puede contestar a la violencia con la violencia. "Ant esta tentación". añadió, "los cristianos deben responder con el perdón, como hizo Jesucristo, que recibió una muerte injusta, que luego se constituyó en la fuente de salvación".