Juan Carlos Martín de Vidales, propietario del establecimiento, ha tenido la idea después de darle muchas vueltas, tanto como estrategia publicitaria como por su interés pedagógico, según manifestó hoy a Servimedia. No en vano, Martín de Vidales es un profesional de las finanzas que combina esta actividad con una de sus aficiones favoritas: los juegos y especialmente el Mh-Yomg, un pasatiempo oriental de 144 fichas de hueso y bambú.

Como fórmula propagandística, los precios en euro ha tenido una respuesta "impresionante", aseguró el dueño de "Juegos Prohibidos", que ha conseguido nuevos clientes de zonas alejadas del barrio de Salamanca, donde se encuentra el comercio.

"Tampoco es que se hayan disparado las ventas, pero sí es cierto, porque hay mucha gente que viene de los sitios más insospechados. El poder de la imagen es impresionante: hay clientes que han venio desde Móstoles o desde La Moraleja porque han visto en televisión una cierta pieza, se les ha quedado en la imagen y han venido a por ella en las 24 horas", comentó Martín de Vidales.

En cuanto al aspecto educativo o de "servicio" de la iniciativa, el empresario considera que el euro (unas 160 pesetas) va a estar en la calle en 4, 5 ó 6 años y no vamos a estar preparados para ese momento, especialmente dos colectivos concretos: las personas mayores y los analfabetos funcionales.

JUBILADOS

"Imgínate el problema que pueden tener cuando dentro de cuatro años le den una pensión en euros. El 'shock' traumático puede ser impresionante, que al señor que le van a dar las 82.000 pesetas, de repente le den 627 euros", señaló.

Asimismo, para aquellos que tienen problemas para rellenar un talón por su escasa instrucción, pagar en moneda europea es "dificilísimo", indicó Martín de Vidales.

Otra cuestión que suscita el euro es su necesidad de fraccionamiento, porque su equivalencia en pesetas es my alta. Así, una baraja Fournier que cuesta 525 pesetas, en euros son 3,28; es decir, hay que funcionar con décimos y centavos de euro.