Según informó a Servimedia la Policía Municipal, los agentes detuvieron a tres menores de edades comprendidas etre los 15 y los 13 años, y a tres adultos, entre ellos el padre de los pequeños, un hombre de 52 años que regentaba el local, todos ellos de origen chino.

Los detenidos vivían de forma miserable conn las más mínimas condiciones higiénico-sanitarias, en el mismo lugar donde trabajaban. Para preparar la comida disponían de un infernillo eléctrico, dormían en cartones tirados en el suelo y tenían un cuarto de baño lleno de "porquería", según relataron los agentes.

La policía llevaba varios días viglando el inmueble porque sospechaba que en su interior se realizaba alguna actividad ilícita. Ayer, cuando el coche de patrulla realizaba los controles habituales en la zona, los agentes escucharon que desde el interior del local salía ruido de máquinas en funcionamiento.

Los policías municipales llamaron a la puerta del local y un hombre con rasgos orientales de mediana edad emitió un grito en chino y tres niños corrieron a esconderse bajo una mesa.

Otra de las personas que se encontraba trabajado en el local, que hablaba tímidamente el español, según el relato de los policías, explicó que los niños no trabajaban habitualmente en las labores de confección pero que como tenían muchos pedidos habían tenido que ayudarles. En el interior del local, se encontraban apiladas importantes cantidades de ropa confeccionada y telas cortadas aún sin coser.

Los pequeños han pasado a disposición del Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional, las otras tres personas, J.J, de 52 años; Ch.Y, de 41 añosP.J, de 17 años, se encuentran detenidos acusados de entrar ilegalmente en el país, realizar una actividad sin licencia y explotación de menores.