El autor de la iniciativa, Oscar Iglesias, portavoz de Juventud del Grupo Socialista, afirmó que "no puede existir por más tiempo una falta de normativa que permita uno viedojuegos violentos, ya que la violencia sigue siendo un gancho efectivo para la adquisición de estos productos por los jóvenes".

La propuesta del PSOE pretende que en los juguetes y videojuegos violentos conste "expresamente y de forma visible las características de sus contenidos y que contienen elementos que atentan contra valores como el respeto a los derechos humanos y la solidaridad".

Iglesias destacó que hay diversos estudios en los que se señala que los videojuegos violentos puede ser ás dañinos que la violencia televisiva o cinematográfica, debido a que son "interactivos y porque el jugador se identifica plenamente con el agresor del juego".

Asimismo, solicitó la realización de campañas periódicas, dentro del sistema educativo, con el fin de "concienciar a los jóvenes sobre el carácter nocivo de ciertos juegos que fomentan la tortura, las matanzas y las ejecuciones".

El PSOE es partidario de realizar, conjuntamente con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, distriuidores de videojuegos, consumidores y usuarios, un código ético, de obligado cumplimiento para todas las empresas del sector, que fomente los valores de solidaridad y respeto a los derechos humanos en la fabricación, distribución y venta de juguetes.