Para Merino, es "vergonzoso" que niguna administración pública se preocupe de vigilar que los preservativos expedidos por estas máquinas estén caducados y que se permita su exposición durante meses al sol o a temperaturas elevadas que pueden deteriorarlos o hacerlos inservibles.

"Estamos jugando con algo muy serio por el hecho de qe una muchacha pueda quedar embarazada por utilizar un condón en mal estado o que cualquiera pueda contagiarse de sida en una práctica sexual. Considero que el Ayuntamiento debe tomar medidas para evitar que esto ocurra, sobre todo teniendo en cuenta que estos preservativos callejeros tienen un precio hasta cinco veces superior al que tienen los adquiridos en farmacias y grandes superficies en cajas convencionales", subraya.

A pesar de que no hay legislación específica que regule el funcionamiento d estas máquinas, el edil socialista cree que el Ayuntamiento de Madrid tiene competencias para actuar en este asunto con arreglo a la Ley General de Protección de los Consumidores y Usuarios y a la Ley de Protección del Consumidor de la Comunidad de Madrid.