Dicho dispositivo, compuesto por agentes de la Policía Municipal y del Cuerpo Nacional de Policía, tratará de impedir que grupos violentos, confundidos entre los chavales que celebran su primer día de vacaciones navideñas, realicen actos vandálicos o protagonicen reyertas.

Más de 300 efectivos policiales patrullarán a pie las calles céntricas más conflictivas. En la plaza Mayor los agentes se distribuirán en cada uno de los accesos para evitar la entrada de litronas y objetos contundentes al inerior del recinto.

Asimismo, se tomarán las medidas necesarias para evitar que los puestos del mercadillo navideño -que el viernes permanecerán cerrados- y establecimientos colindantes no sufran daño alguno. La vigilancia se extenderá también a la plaza de España y calles adyacentes, donde los agentes tratarán de hacer los más fluido posible el intenso tráfico y el masivo trasiego de peatones propios de estas fechas.

Los agentes municipales se desplegarán también a lo largo de los Bulevares, Moncoa, Chueca, María de Molina y Serrano, así como en zonas de bares o locales similares, con el fin de evitar aglomeraciones y la venta de alcohol a menores. Para esto último, se efectuará un control exhaustivo de todos aquellos establecimientos que puedan vender bebidas alcohólicas a los chavales, proponiendo, en caso afirmativo, fuertes sanciones.