Ambos habían sustraído dos Fiat Uno. Los funcionarios municipale les dieron el alto al percatarse de que estaban haciendo una carrera, pero no se detuvieron. Se inició una persecución que acabó en la calle Manuel Laguna, donde los jóvenes abandonaron el vehículo y continuaron la fuga a la carrera.

Entonces, un cabo, de 28 años, alcanzó en cien metros a uno de ellos y, curiosamente, sin soltar a éste, que le llevaba cogido del brazo, consiguió detener poco después al segundo fugitivo. Fueron trasladados a la comisaría de Ventas.