Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, los miembros de la red se ocupaban de adulterar y procesar la cocaína "para hacer mayor aún sus beneficios". Asimismo, blanqueaban dinero: alunos miembros cambiaban dólares y lo enviaban a Colombia, donde tienen grandes inversiones.

Entre lo incautado también se encuentra una manta de joyería repleta, un laboratorio completo de adulteración y manipulación: prensa hidráulica, moldes, 140 kilos de disolvente y 25 kilos de adulterante, y la copia de los troqueles originales de los ladrillos de cocaína.

Las mismas fuentes destacan que la organización llevaba a cabo los trámites legales necesarios para que sus miembros estuvieran correctamnte documentados. Para ello, disponían de un restaurante en el que -según declararon- les daban empleo cuando venían.

La operación, denominada "Zapa", se inició hace seis meses, a fin de desmantelar organizaciones internacionales dedicadas al tráfico de estupefacientes desde escalones superiores.

Así, antes de esta última desarticulación, la policía detuvo el pasado 19 de noviembre a 9 ciudadanos colombianos noviembre e intervino un kilo de cocaína, 250 kilos de hachís y cheques y monedas por valr de 448.294 euros. Posteriomente, el pasado 15 de abril, detuvo a dos presuntos traficantes e intervino un kilo de cocaína, 3.560 euros, un millón de pesetas y 452 dólares.

A raíz de estas detenciones, la Policía descubrió otro grupo delictivo, relacionado con los anteriores. Su cabecilla Harold T.G., de 34 años, tenía un restaurante en la calle General Oráa que le servía de tapadera.

Poco a poco, la policía fue conociendo al resto de miembros de la red: el hermano y la novia de Harold, "Wingas" que estaba al frente del restaurante y Mónica D.A. respectivamente; Ramón Eduardo N.R., de 45 años y lugarteniente de "Wingas"; Humberto Antonio O.C, de 37 años y distribuidor; María Eugenia ;.R., de 30 y encargada de custodiar la droga y Doria Jannette R.Q., de 23, novia de Humberto. Todos han sido detenidos.

Recientemente, los sospechosos extremaron sus medidas de seguridad, circunstancia que coincidió con la llegada masiva de productos químicos a uno de sus pisos. Con mandamiento judicial, se procdió a la entrada y registro de uno de los inmuebles de la organización, en la calle General Pardiñas, donde se incautó la droga y se desmanteló el laboratorio.

La policía investiga más ampliamente a esta organización para conocer por qué medios introducían la droga en España y cómo la camuflan.