Sobre las 12 de la pasada noche, la sala del 091 de Fuenlabrada envió a una dotación policial a la calle Portugal, donde se encontraba el presunto suicida, de 36 años.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía llegaron al lugar de los hechos junto a agentes de la Policía Municipal y observaron que el hombre se encontraba agarrado con una mano a la barandilla de su terraza y con todo el cuerpo en el exterior.

Los funcionarios comenzaron adialogar con el presunto suicida para que depusiera su actitud, pero éste, bajo síntomas claros de excitación y nerviosismo, sólo daba muestras de una creciente fatiga. Mientras tanto, otros agentes recogieron información en torno a la familia.

Así, descubrieron que tenía un hijo menor que no se encontraba en el domicilio y que su esposa trabajaba de noche en Fuenlabrada. Una vez localizada, y siguiendo las indicaciones de los agentes, entró en la casa y se fue acercando a su marido. Cuando ya se encotraba junto a él, dos funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía y otro de la Policía Municipal se abalanzaron hacia el hombre de forma rápida e inesperada, le sujetaron y le introdujeron en la vivienda.

Según la policía, el hombre se encontraba prácticamente agotado, ya que permaneció durante cerca de 30 minutos en posición balanceante, agarrado a la barandilla de la terraza. Ya en el interior, se comprobó que había ingerido bastante alcohol. Al parecer sufre una fuerte depresión, tras haber sido depedido de su trabajo recientemente. Tras recibir asistencia, una UVI móvil le trasladó a un centro médico.