A raíz de las detenciones practicadas hace tres días por agentes de la comisaría de Fuencarral, varios ciudadanos acudieron para denunciar tráfico de estupefacientes en otra de las viviendas, concretamente en la calle Canasteros 10. Tras establecer un servicio de vigilancia, los policías observaron un trasiego constante de personas que, según todos los indicios, acudían allí a proveerse de sus dosis.

El jueves pasado, los agentes decidieron registrar el inmueble, provistos de mandamiento judicial. Cuando se acercaban vieron que la puerta estaba abierta y apoyado en ella el propietario, en actitud vigilante. Al ver llegar a la comisión judicial, se metió en la vivienda con rapidez y echó varios cerrojos, por lo que los policías tuvieron que utilizar la fuerza y romper la puerta con el fin de evitar que los inquilinos se deshicieran de la droga.

Cuando consiguieron entrar, los agentes no encontrarn al hombre que se había encerrado dentro al verles, pero sí a su mujer, Manuela F.F., de 38 años. El propietario de la vivienda está siendo buscado todavía.

La policía intervino en el local 43,3 gramos de heroína, una balanza de precisión, 124.200 pesetas, piezas de joyería procedentes al parecer del pago de las dosis de los toxicómanos, un rifle, cuatro escopetas de caza, dos cananas y abundante munición. Además, se incautaron de un BMW 525.